La productividad es algo de lo que todo el mundo habla. Es un concepto valido en prácticamente cualquier conversación o faceta del día a día. Pero el auténtico problema al que nos enfrentamos es saber gestionarla y medirla correctamente.
Tampoco es la primera vez que te hablo de productividad, en entradas como Técnicas de productividad: La importancia del tiempo o EL DÍA QUE DEJÉ DE CORRER, ya te daba algunos tips para ayudarte a incrementar tu productividad.
Hoy, me quiero centrar en 5 técnicas que pueden ayudarte a mejorar tu productividad, algunas son de sobra conocidas y otras son variaciones que a mi me han funcionado perfectamente.
Técnica pomodoro: la clásica de la productividad
Si has leído algo sobre productividad, ya sabrás de sobra de que va la técnica pomodoro, pero, por si andas un poco perdid@, voy a intentar resumírtela en un par de párrafos:
La técnica pomodoro consiste en realizar tareas durante 25 (o 50) minutos haciendo pausas de 5 (o 10) minutos entre cada una de nuestras tareas para descansar.
Es una técnica que cuenta con muchos adeptos o seguidores, sobre todo para facetas de estudio, pero también es cierto que cuenta con muchos retractores para la ejecución de determinados proyectos, ya que los ciclos de 25 o 50 minutos pueden ser muy cortos para según que tareas.
Focus time: productividad a golpe de foco
El focus time es una variante (o hermana) del Flowtime, técnica desarrollada por Dionatan Moura en el año 2015.
La técnica en sí consiste en:
El focus time, o tiempo de foco, es una técnica que consiste en centrarnos en un tarea de forma completamente plena, sin ningún tipo de distracción a nuestro alrededor.
Esto nos permite tener una concentración plena en lo que estamos haciendo o lo que se conoce “recientemente” como mindfullness (o antención plena)
A pesar de que pueda parecer una técnica sustitutiva de la técnica pomodoro, nada más lejos de la realidad, ya que ambas técnicas se pueden combinar perfectamente.
Matriz de prioridades
Una de las más fundamentales que he aprendido a poner en práctica en mi día a día, y no solo laboralmente hablando.
La matriz de prioridades representa los diferentes estados que puede tener un proyecto o una tarea, separándolos en:
- Importante-Urgente
- Importante-No Urgente
- No importante-Urgente
- No importante-No urgente
Como puedes observar en la propia matriz, los elementos que en ella se establecen nos sirven para definir que es lo que tenemos que priorizar y que no.
Esto resulta de gran ayuda para generar un recursos visual de las tareas que tenemos que atacar de forma prioritaria, sobre aquellas que pueden esperar, o simplemente desaparecer.
Checklist más método de escalas
Esta es una mezcla entre la importancia de hacer un checklist, algo de lo que ya te hablé en el post Lista de tareas: haz un checkout antes de comenzar, combinada con el método de escalas.
¿Y qué es el método de escalas? Pues en resumen, es sumar 10 minutos de planificación antes de ejecutar cada tarea y asignarles a las mismas los siguientes rangos:
- Bajo coste más Alto beneficio
- Alto coste más Alto beneficio
- Bajo coste más Menor beneficio
- Alto coste más Menor beneficio
Como es lógico y ya te habrás dado cuenta, lo esencial es empezar por aquellas tareas que nos supongan un bajo coste (sobre todo en tiempo) y nos reporten un gran beneficio (generalmente económico)
Bonus track: comunicación asertiva
Esto más que una técnica en sí, es un concepto de vida:
La comunicación asertiva, o saber decir NO, es fundamental dentro de tu proceso productivo. Tienes que aprender a valorar aquellos proyectos o tareas que van a aportarte realmente y saber cuando decir que NO a distracciones innecesarias.